En el momento en que el amor se vuelve una relación de pareja, se
convierte en esclavitud, porque hay expectativas, hay exigencias y hay
frustraciones, y un esfuerzo de ambos lados para dominar. Se convierte en una
lucha por el poder.
El amor como un estado del ser es una palabra
totalmente diferente. Significa que tú simplemente amas; no estás estableciendo
una relación de pareja. Tu
amor es como la fragancia de una flor. No
crea una relación; no te pide que seas de una forma determinada, que te
comportes de cierta manera, que actúes de cierta forma. No exige nada.
Simplemente comparte. Y en este compartir, tampoco existe el deseo de recibir
una recompensa. El mismo
compartir es la recompensa.
Cuando el amor se convierte para ti en una fragancia,
tiene una tremenda belleza y posee algo que está muy por encima de la mal
llamada humanidad. Tiene algo de divino.
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